El film nos narra la historia de una niña que se atreve a desafiar las prescripciones de su cultura árabe, “las niñas no pueden montar en bicicleta”, frente a esto luchará con todo su empeño por lograr la bici de sus sueños.
Así vive en un continuo enfrentamiento con sus mayores, en el colegio donde las niñas son educadas en el total sometimiento propio de su género, con infinidad de prohibiciones, desde la vestimenta, hasta otra multitud de comportamientos. En el espacio de su hogar familiar parece gozar de mayor libertad, tiene unos padres afectuosos que quizás le hayan dado parte de esa seguridad para enfrentarse a lo que siente injusto, no obstante tampoco le permiten tener una bicicleta.
La película en sí es una oda a la valentía de una niña, de que con perseverancia y esfuerzo pueden lograrse los objetivos que se deseen, aún teniendo todo en contra.
Porque “si no persigues tus sueños ellos te perseguirán a ti”, como le hace notar sabiamente la niña a la maestra.
No se pueden cercenar el deseo hasta ese punto que llegue a una total anulación de la persona, y menos a edad tan temprana, porque eso conlleva que defensivamente se acaben proyectando fuera de forma persecutoria, y no integrado sea más nocivo.