Los sueños son conocidos desde antiguo por su valor, sin embargo hoy día en general poca gente le muestra el interés que se merecen. Estamos tan absorbidos por el materialismo y la racionalidad que nos impiden valorar otro tipo de acercamiento a la realidad, y con ello cercenamos también parte de nuestra humanidad y de lo que da sentido a nuestra vida:
El film nos narra la historia de una niña que se atreve a desafiar las prescripciones de su cultura árabe, “las niñas no pueden montar en bicicleta”, frente a esto luchará con todo su empeño por lograr la bici de sus sueños.
Tristana, como su nombre indica es una muchacha triste, triste Ana, apesadumbrada por la reciente muerte de su madre, y huérfana de padre desde muy niña.
Don Lope, amigo de su madre (la trama no nos muestra muy específicamente el tipo de relación que mantenía con la madre) se hace cargo de ella en su desvalimiento, debido tanto a su juventud, tiene unos 19 años y su orfandad.
Sin embargo las intenciones de Don Lope no son tan buenas como pareciera a simple vista. Bajo su apariencia de hombre respetable y recto esconde otras facetas más oscuras.
Si analizamos con detenimiento las tramas de los films frecuentemente podemos ver proyectadas (de manera más o menos inconsciente por el autor) una común estructura psicológica, modo de relación y vivencias, que se recrean a través de los distintos personajes, que en gran parte se complementan o reflejan distintos rasgos o facetas de un estilo afectivo común y de personalidad.