Dados los tiempos que vivimos en que queda patente la capacidad destructiva del ser humano nos lleva a preguntarnos si se trata de algo inevitable, ¿es el ser humano destructivo por naturaleza?
En los últimos años la ansiedad y el estrés se han convertido en el mal de nuestro siglo, según las estadísticas al menos el 20 % de la población la sufre, 1 de cada 5 españoles toma pastillas para dormir y el Trankimazin se ha convertido en el medicamento de moda.
Los sueños son conocidos desde antiguo por su valor, sin embargo hoy día en general poca gente le muestra el interés que se merecen. Estamos tan absorbidos por el materialismo y la racionalidad que nos impiden valorar otro tipo de acercamiento a la realidad, y con ello cercenamos también parte de nuestra humanidad y de lo que da sentido a nuestra vida:
En este trabajo proponemos una aproximación al film “Persona” de I. Bergman desde una mirada psicoanalítica aplicada a las relaciones humanas de sus protagonistas, que profundiza y explica los laberintos relacionales de los diferentes personajes.
Eloy es un chico de 19 años que trabaja en la empresa familiar de fabricación de lápidas y otros objetos ornamentales para cementerios, encargándose de transportar las lápidas. También gusta de participar en espectáculos de disfraces y caminar en zancos, acercándose y desde una especial sensibilidad a conocer el mundo desde esta particular perspectiva.
En su devenir adolescente es sorprendido por la muerte trágica y repentina de su padre, así como el descubrimiento de la infidelidad por parte de este y su renuncia posterior al goce o felicidad anhelada. Esto va a condicionar la vida del muchacho a partir de entonces.