Eloy es un chico de 19 años que trabaja en la empresa familiar de fabricación de lápidas y otros objetos ornamentales para cementerios, encargándose de transportar las lápidas. También gusta de participar en espectáculos de disfraces y caminar en zancos, acercándose y desde una especial sensibilidad a conocer el mundo desde esta particular perspectiva.
En su devenir adolescente es sorprendido por la muerte trágica y repentina de su padre, así como el descubrimiento de la infidelidad por parte de este y su renuncia posterior al goce o felicidad anhelada. Esto va a condicionar la vida del muchacho a partir de entonces.