De entre las diversas lecturas que ofrece El Laberinto del Fauno hemos tomado como objeto de análisis la transición hacia la adolescencia de Ofelia, la niña de 13 años protagonista de la historia.
Tristana, como su nombre indica es una muchacha triste, triste Ana, apesadumbrada por la reciente muerte de su madre, y huérfana de padre desde muy niña.
Don Lope, amigo de su madre (la trama no nos muestra muy específicamente el tipo de relación que mantenía con la madre) se hace cargo de ella en su desvalimiento, debido tanto a su juventud, tiene unos 19 años y su orfandad.
Sin embargo las intenciones de Don Lope no son tan buenas como pareciera a simple vista. Bajo su apariencia de hombre respetable y recto esconde otras facetas más oscuras.
Eloy es un chico de 19 años que trabaja en la empresa familiar de fabricación de lápidas y otros objetos ornamentales para cementerios, encargándose de transportar las lápidas. También gusta de participar en espectáculos de disfraces y caminar en zancos, acercándose y desde una especial sensibilidad a conocer el mundo desde esta particular perspectiva.
En su devenir adolescente es sorprendido por la muerte trágica y repentina de su padre, así como el descubrimiento de la infidelidad por parte de este y su renuncia posterior al goce o felicidad anhelada. Esto va a condicionar la vida del muchacho a partir de entonces.