El deseo en el ser humano parece algo que nunca se acaba de satisfacer (“deseo incolmable”) o nos deja en cierto modo decepcionados en su consecución o nos puede llegar a obsesionar alejándonos de nuestros quehaceres vitales, y de una participación sana en la realidad.
La mente lejos de tener una diferenciación clara y simple como podría ser consciente vs inconsciente, se constituye a través de múltiples niveles de estructuración que podríamos decir que van de lo más primitivo a lo más evolucionado o complejo
En los últimos años la ansiedad y el estrés se han convertido en el mal de nuestro siglo, según las estadísticas al menos el 20 % de la población la sufre, 1 de cada 5 españoles toma pastillas para dormir y el Trankimazin se ha convertido en el medicamento de moda.
A menudo escucho alusiones referidas a este tema, se suele pensar que el Psicoanálisis o la Psicoterapia psicoanalítica para lo que sirve es para “conocerse a uno mismo”, y no es incierto que sea uno de los beneficios que se obtienen, en parte debido a que se requiere dedicar cierto tiempo a explorar la vida mental, sin embargo no es la meta que se busca sino que la persona consiga desempeñarse mejor en todos los aspectos de su vida y aliviar su malestar.
Soy partidaria de un modelo holístico e integral que tenga en cuenta los distintos modelos terapeúticos y teorías psicológicas que se han creado hasta ahora para entender al ser humano y aliviar su sufrimiento.
En concreto practico un modelo de orientación dinámica, porque entiendo que para conseguir el cambio profundo que se requiere en una gran parte de los casos es necesario movilizar la personalidad desde sus raíces y esto sólo es posible a través de las herramientas que ofrece la psicología profunda.